Las tradiciones están muy arraigadas en los corazones de todas las novias, es que sin importar donde se lleve a cabo o el tipo de boda habrá un elemento en común, y este es la marcha nupcial. Esta emocionante tradición tuvo su inicio como muchas otras en la realeza europea, siendo utilizada por primera vez en la boda de la Princesa Victoria de Sajonia- Coburgo- Gotha (hija de la Reina Victoria) con el Príncipe heredero de Prusia Federico III de Alemania el 25 de enero de 1858.

La Reina Victoria era una aficionada de la música clásica en especial a las obras de Mendelssohn, por lo tanto elogió dos piezas para la ceremonia, una para la entrada y otra para la salida. En el momento de la entrada de la novia se tocó la Marcha Nupcial de Mendelssohn, la cual es parte del conjunto de piezas de Sueño de una noche de verano, que Felix Mendelssohn compuso basándose en la obra homónima de William Shakespeare. Para la salida de la pareja la reina escogió otra de las piezas más populares entre las novias, Bridal Chorus compuesta por Richard Wagner para la ópera Lohengrin.

Desde ese día se volvió muy popular utilizar estas piezas durante las ceremonias, volviéndose incluso una regla tácita para todas las novias realizar la marcha nupcial al compás de estas magníficas piezas. Sin embargo, en la actualidad hay novias que prefieren ingresar al altar bajo Le nozze di Figaro compuesta por Mozart, debido a que posee un carácter más alegre en su melodía y al hecho de que es menos conocida que las dos anteriores.

Que iban a pensar la Reina Victoria y su hija que más de 150 años después aún seguirían sonando estas dos piezas para realizar la marcha nupcial, seguro se sorprenderían. Coméntanos qué opinas de esta tradición y al ritmo de qué pieza marcharías ¡Hasta la próxima!

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